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POLICIALES

19 de marzo de 2022

Tobillera electrónica para un policía que agredió a su pareja y terminó a los tiros

El escándalo tuvo dos capítulos: la noche del 18 y madrugada del 19 de febrero. La jueza lo penó a cumplir medidas de conducta o despedirse de la excarcelación.

Con medidas de conducta y una tobillera electrónica, un oficial de policía fue excarcelado ayer en Añatuya, General Taboada, casi un mes después de protagonizar una seguidilla de incidentes con su pareja que incluyó disparos de su arma reglamentaria en la ruta y en su propia casa. 

Se trata de Sebastián Guillermo Palavecino, quien adquirió notoriedad la noche del 18 de febrero. Según la instrucción de la causa a cargo de la fiscal Alejandra Sobrero, aquella jornada, Palavecino salía de ducharse y su novia Karen Luján Semañuk le hizo una caricia en el rostro. Él le propinó una patada y se alejó. 

Luego, subió a su vehículo y le dijo que se mataría; que estaba cansado de ella. A la altura de la avenida Circunvalación, entre rutas 7 y 51, habría realizado un disparo al aire. Su pareja lo alcanzó y convenció de que regresara a su casa, en el B° Colonia Osvaldo.

Ya en la vivienda, ella le quitó el cargador de la pistola y lo ocultó bajo el colchón y fue a ducharse. Él la siguió y en el baño la sujetó del cuello. 

Dos horas después retornó la paz a la pareja. Los dos se vistieron y se marcharon a una fiesta en Colonia Dora, Avellaneda. 

Volvieron a las 7 de la madrugada. Otra vez, dentro de la casa, estalló otra discusión y el policía hizo sangrar a la joven en una de sus muñecas. Después, Semañuk se habría apoderado del arma y el cargador. "Matate, matate", la habría arengado Palavecino. "Ojalá te mueras. Total, yo voy a salir de aquí y voy a hacer como que no ha pasado nada", subrayó. 

La mujer abrió fuego e hizo blanco en una pared. Con ella aturdida, el efectivo la despojó de la pistola, le ordenó que no saliese de la vivienda y quedó literalmente atrincherado. 

Presa del pánico, la joven habría enviado un mensaje de whatsapp a un primo, también policía, quien alertó a sus superiores. Con luz verde judicial, los funcionarios ingresaron a la casa, impusieron cordura y se lo llevaron esposado a Palavecino. 

Ahora, la fiscal Alejandra Sobrero y el defensor de Palavecino, Franco Cejas Escalada, acudieron ayer a audiencia, presidida por la jueza de Control y Garantías, Gladys Liliana Lami.

Posiciones de las partes 

En su transcurso, Sobrero abogó por la prisión preventiva, al sostener que la conducta de Palavecino resulta más que imprevisible, potenciado por los delitos que habría padecido Semañuk. Enfrente, Cejas Escalada solicitó su libertad, aun bajo las medidas que su señoría asumiese convenientes. 

Finalmente, Lami dio luz verde a la libertad, pero la supeditó a la colocación de una tobillera electrónica y diversas reglas de conducta; abstenerse de acercarse a la víctima y a todo su grupo familiar. 

La jornada terminó con Palavecino libre, pero despojado de su arma reglamentaria y con un horizonte sombrío en la fuerza, enfatizaron los voceros policiales.

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