La fiscal Carla León comandó ayer el secuestro de cámaras de seguridad desde el boliche Rufina, en calle Lamadrid casi Aguirre, dentro de una investigación por presunto “homicidio en grado de tentativa” de un vecino del Bº San Germés, quien permanece internado en el Hospital Regional, al parecer víctima de una agresión del personal de seguridad.

Se trata de Carlos Ezequiel Escarano, 32, quien en la madrugada del domingo habría resultado con coágulos en el lóbulo temporal y seguirá internado al menos hasta el viernes, trascendió de su entorno. Dos días después, la jueza de Control y Garantías, María Pía Danielsen, dio luz verde al allanamiento de las instalaciones de Rufina.

El procedimiento fue realizado al mediodía por Carla León, junto a un equipo fiscal y policías.

Videos en abundancia

Pese al hermetismo en que León reconstruye el incidente, se sabe que secuestró las cámaras de seguridad, cuyas imágenes complementarán a la veintena de videos que circula, en que puede contemplarse a Escarano en la tierra, rodeado por jóvenes desesperados al verlo inconsciente.

En forma simultánea, la policía recibió ayer testimoniales de jóvenes que vieron a la víctima en el momento del incidente interno.

Trascendió que un amigo fue expulsado del boliche y Escarano abordó a los miembros de la seguridad del lugar en busca de un porqué.

En menos de 5 minutos Escarano terminó en el piso. Un hermano y su novia acudieron a ayudarlo y también habrían sido golpeados.

Sin perder tiempo, la fiscal habría requerido también que un integrante del equipo de forenses se traslade al Hospital Regional y se interiorice sobre el cuadro del paciente, ya que en él se sostiene una investigación de imprevisible consecuencias.

Mientras tanto, los expertos de la Fiscalía y de la policía aún no habrían determinado quién o quiénes agredieron a Escarano.

En ese sentido, subyacen dos hipótesis: que los golpeadores son personal de seguridad privada, o bien funcionarios policiales a cargo del servicio adicionales.

Certezas se buscan

Los testigos no serían tan convincentes y León sugería anoche mayor información fidedigna.

Desde esa necesidad penal, los funcionarios esperan además que Escarano supere esta odisea y declare, previa autorización de sus médicos.

Con ello, él mismo podría brindar certezas y respuestas a una encrucijada de detalles, funciones y nombres.

Es más, se sabe que León ya habría pedido también las testimoniales del personal de seguridad, lo cual no implica que con ello vaya a quedar impermeabilizado de una eventual imputación, clarificó un alto funcionario.

Desde las 11.30, Navarro y León se reúnen a solas

Cecilia Navarro, madre de la víctima, será recibida hoy por la fiscal, desde las 11.30. Trascendió que el objetivo de la funcionaria sería ser interiorizada sobre los puntos clave de un incidente que involucró a muchas personas. Acompañada por su abogado, la mujer dialogaría a solas con León. Nadie descarta que Navarro provea más videos a la fiscal, mucho menos que vaya a confiarle nombres de personas sospechosas de haber golpeado a su hijo, especulaba al cierre su entorno. Vale destacar que Navarro no formuló la denuncia en ningún organismo policial, detalle que quizá conlleva un escenario frágil en virtud de los posibles atacantes de Escarano. El paciente es monitoreado las 24 horas en el nosocomio, ya que los golpes más delicados de sitúan en la cabeza y los expertos siempre sugieren esperar las primeras 72 horas, tras un suceso violento, vitales para todo diagnóstico.

Auxilio tardío, socorro de otros jóvenes e internación con interrogantes y alarma

Varios testigos habrían declarado que la seguridad del boliche habría demorado al menos diez minutos en brindar asistencia al hombre, tras el incidente en que éste quedó tirado en calle Lamadrid, asumido en un exponente del exceso de alcohol en un “finde”, post diversión. Según la testigo, pidió a un policía que llamara y pidiera una ambulancia, pero el efectivo (adicional) le habría respondido que el desmayo se debía más al alcohol que a los golpes. Por ende, la víctima fue socorrida y conducida al hospital en su propio vehículo. Los médicos y enfermeros lo descendieron y ahora está internado por golpes en la cabeza. En menor incidencia, también presentaría hematomas en otras partes del cuerpo.