Un sexagenario fue apresado en la zona rural de Frías, sindicado de ultrajar sexualmente a su propia hija, a quien también habría sometido a un cruel tormento al digitar su vida aún hasta los 38 años.

El proceso es impulsado por la fiscal Macarena Vildoza Silva, tras la denuncia de la víctima en los tribunales frienses.

En contexto, la mujer señaló que, huérfana de madre, empezó a ser manoseada y accedida por su progenitor a los 13 años.

La última vez habría sido en el 2017, se supo. Pesadilla siniestra Con una vida de pesadilla, la víctima añadió que también habría quedado embarazada de su padre, pero perdió el bebé.

En los últimos meses, el individuo se habría puesto más loco que lo habitual. Como la denunciante intentó rehacer su vida afectiva la habría mantenido casi cautiva, al extremo de despojarla de su celular y destrozarlo contra la pared.

Cansada y literalmente quebrada, la mujer acudió a la Justicia y refrendó la denuncia. Sin titubear, Vildoza Silva motorizó la detención del supuesto pervertido. Ahora, en audiencia, el MPF representado por Vildoza Silva, solicitó la prórroga de detención del sujeto, a quien le atribuye cargos por “abuso sexual con acceso carnal”, en perjuicio de su hija. La fiscal presentó las evidencias y requirió la medida, teniendo en cuenta “los riesgos procesales existentes”.

Al concluir, la Jueza de Control y Garantías Roxana Cejas Ramírez ordenó la prórroga de la detención del individuo. Pericias psicológicas Con el mismo ímpetu, desde este lunes Vildoza Silva profundizaría la investigación. Tendría en carpeta, pericias psicológicas a los dos protagonistas, un riguroso informe socio ambiental, testimoniales y otras pruebas de no menor cuantía judicial.

Los voceros añadieron anoche que la fiscal también se rodeó de expertos en historias similares: al Código Penal también habría incluido acompañamiento a la denunciante, cuyo mundo interior luciría abatido, al extremo del desasosiego. No es todo. Vildoza Silva pondrá primera también en los tiempos.

Debe remar contra el almanaque, que le marca escasas dos semanas para la próxima audiencia. En ella, la funcionaria acudiría ante un juez/a y solicitar prisión preventiva, basándose en un hecho de tristes secuelas que exceden a la mera calificativa de “abuso sexual”. Hasta entonces, el hombre permanecerá encerrado, intuyendo que las acciones generan consecuencias.