La Justicia rescató ayer de una pesadilla a una alumna de 8 años, huérfana de madre y al parecer abusada sexualmente por su propio padre, quien la semana pasada la atacó a trompadas por haberle pedido un poco de dinero para comprar golosinas.

El escenario fue una casa del interior de la provincia en la que convivían padre e hija, debido al fallecimiento de la esposa cuando la niña aún era bebé. Según los funcionarios, el 5 de mayo la alumna se presentó en su escuela con un golpe en el rostro, en principio no visible porque llevaba barbijo.

La menor le habría confiado a una compañera que su padre la golpeó por pedirle dinero para golosinas. Sin embargo, cuando las docentes la interpelaron aludió que el hematoma fue resultante de una caída de su bicicleta.

Los maestros no le creyeron y alertaron rápido a la Justicia. Con la misma inquietud, la defensora de Menores de 2ª Nominación, Andrea Blinder, refrendó la denuncia que recayó ante la fiscal de turno, Alejandra Sobrero. Sin perder tiempo, Sobrero requirió informes a la institución y recibió una testimonial a la maestra de la estudiante.

La docente acentuó el temor colectivo, al desnudar una situación de vulnerabilidad en la niña. Acto seguido, una psicóloga receptó una entrevista previa a Cámara Gesell que encendió luces de alarma al irrumpir destellos de abuso sexual, ahondaron los voceros.

El 12 de mayo intervino otro profesional, quien asistió a la menor con un examen físicoginecológico. Las conclusiones fueron lapidarias: puesto en contexto, la pequeña presentaba abuso sexual de antigua data. Sin más, la Fiscalía requirió la inmediata detención del sujeto y la medida fue materializada ayer a la mañana, por disposición de la jueza de Control y Garantías, Gladys Liliana Lami, acusado de “abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo”.

A la vez, la Fiscalía socorrió a la nena y la puso bajo tutela y responsabilidad de un refugio que aloja a niños víctimas de situaciones extremas, traumáticas, huérfanos y carentes de todo. La nena ya está con profesionales idóneos. Los expertos pusieron en marcha un trabajo tendiente a aportarle contención, sin descuidar que la víctima hoy sufriría una ambivalencia contradictoria: la misma persona a la que prodigaba amor de padre, a la vez le provocó un indescriptible tormento.