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27 de septiembre de 2023
Alerta: cada vez más jóvenes intentan suicidarse en Santiago
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Numerosos casos de intentos de suicidios, depresión y ataques de pánico fueron motivo de debate a nivel nacional en las últimas semanas, y los expertos resaltan la necesidad de ocuparse a de los adolescentes y jóvenes, que son los principales protagonistas de estas historias.
Se visibilizaron muchos casos de famosos que en los últimos días pasaron por situaciones extremas, pero la realidad indica que es un problema generalizado al que Santiago del Estero no está exento.
La licenciada María del Rosario Sanguedolce, especialista en Psicología Infantil explicó que "la mayoría de las consultas que se reciben responden a jóvenes entre 15 y 18 años de edad. Un padre debe estar atento al cambio de ánimo de los jóvenes. Una persona que no quiere ir a la escuela, que se manifiesta depresivo, que pasa muchas horas fuera de la casa, puede ser un adolescente en riesgo. Entonces es responsabilidad del adulto ayudarlo o buscar la manera de contenerlos. Hay formas de que un padre se dé cuenta cuando el hijo está pensando en el suicidio".
La especialista consideró que la adolescencia es la etapa de la vida en la que puede surgir el deseo del suicidio, ya que es el ciclo en el que la persona expresa los cambios más bruscos.
"La adolescencia es el pasaje del niño al adultos por lo que allí se manifiestan todos los cambios. Es la etapa en la que un hijo se da cuenta de que los padres no son perfectos, que los compromisos son otros, que para vivir hay que asumir responsabilidades. Y estos retos llevan muchas veces a no asumir la realidad y es entonces cuando se sienten con muchas cargas, y el deseo de poner fin a lo que ellos consideran problemas. Pero es el momento en el que la familia debe actuar a través del diálogo, de la contención y del acompañamiento en el proceso de ese duelo", aseguró.
Por qué aumentan los casos en esta etapa
Sanguedolce ahondó en la necesidad de acompañar a los jóvenes en los duelos que se presentan ante ellos, que tienen que ver con los cambios en su vida, la transición del niño al adolescente y a las mayores responsabilidades.
"Cuando el adolescente no tiene las herramientas psicológicas y emocionales para atravesar los duelos, que son propios del ciclo vital, se recurre lamentablemente al intento de muerte física, porque es intolerable sostenerlo desde otro lugar, porque algo que puede estar pasando en esa historia de vida, en su familia, y el adolescente no cuenta con los recursos necesarios. Por eso es tan común, lamentablemente, en esta época vital el suicidio como una salida ante lo que los desborda", explicó la psicóloga.
Según la Sociedad Argentina de Pediatría, como "factores desencadenantes" se enumeran separación de los padres, muerte de seres queridos, duelo prolongado, problemas escolares graves de conducta o dificultades de aprendizaje, bullying y discriminación de cualquier tipo. Otros desencadenantes pueden ser suicidio, enfermedad mental, alcoholismo, adicciones, trastornos severos de la personalidad o del estado de ánimo de alguno de los progenitores o convivientes. En estos casos, la falta de cuidado, la transmisión de desesperanza, y la falta de motivación pueden desencadenar conductas suicidas. También se encontró una mayor frecuencia de acontecimientos suicidas en aquellos adolescentes expuestos a mudanzas, rupturas sentimentales o del grupo de amigos.
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