Con el inicio del tiempo de presentación de camperas que realizan los estudiantes de los últimos cursos del colegio secundario, también se multiplican los festejos, tanto en locales autorizados, como los clandestinos, donde no existe ningún tipo de control y se expende libremente alcohol a menores de edad.

La advertencia la realizó Proyecto Padres este fin de semana, al revelar que durante la madrugada del domingo, con el apoyo de fuerzas policiales, desalojaron dos reuniones que se realizaban en locales escondidos de la ciudad de La Banda, en las que se encontraban unas 600 personas, el 80 por ciento de ellas menores de edad, la mayoría en estado de ebriedad.

"Lamentablemente, con el comienzo de las presentaciones de buzos que realizan los estudiantes, comenzaron también estas fiestas clandestinas, que son organizadas por personas mayores, que se realizan al margen de toda autorización y en las que venden alcohol a menores", confirmó Marcelo Arambuena, presidente de Proyecto Padres.

Explicó que estas reuniones habían comenzado luego del festejo que los estudiantes "de dos colegios privados de la Capital", habían tenido en un boliche, "la fiesta denominada matiné, que finaliza a la una de la mañana", y en la que no venden alcohol a los menores.

"Ocurre que hay personas mayores inescrupulosas que les ofrecen a los chicos estas reuniones, y lo hacen todo por fuera de la ley. Todo para poder lucrar vendiéndoles todo tipo de bebidas alcohólicas, y no sería de extrañar que también les vendan alguna otra sustancia", advirtió Arambuena.

Dijo que la entidad que dirige cuenta con el apoyo de los organismos de seguridad y de la justicia, y adelantó que durante esta semana mantendrá contactos con funcionarios del gobierno provincial, para darles a conocer algunas líneas de acción que quieren desarrollar, con el propósito de evitar que estas reuniones se hagan, "por la seguridad de nuestros adolescentes".

"Se debe enfrentar el problema entre todos"

El titular de Proyecto Padres apeló nuevamente al compromiso de los padres para erradicar este tipo de acciones "que ponen en riesgo la vida de sus propios hijos".

"Lamentablemente hay quienes piensan que apoyan a sus hijos y les procuran este tipo de reuniones, sin medir muchas veces el peligro en el que los ponen. El consumo desmedido de alcohol, que les venden personas mayores, los lleva a estados de euforia en los que no miden el peligro de sus actos. Generan peleas o incluso manejan en estado de ebriedad, poniendo en grave riesgo su vida y la de terceros", acentuó Arambuena.

Dijo que, "si bien muchos padres que nos alertan de la organización de estas fiestas", hay otros que cuando son convocados a llevar a sus hijos de los lugares que desalojamos, "se molestan mucho".

Modas de cada año que conducen al descontrol

En los últimos años, los estudiantes de los últimos cursos del secundario han agudizado el ingenio para organizar festejos que comienzan en los establecimientos y se expanden a otros espacios, o bien comienzan afuera y terminan en las aulas.

Para principio de año, se puso de moda "el último primer día", que tradicionalmente comienza con un festejo en algún domicilio particular, finca o local bailable, donde amanecen los estudiantes y desde allí concurren al colegio al día siguiente.

A mitad del año, están las tradicionales presentaciones de camperas, luego llega la fiesta del estudiantes, y termina todo con los egresos.

"En todos estos acontecimientos, hay fiestas clandestinas, y es de nunca acabar", dijo Arambuena.