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20 de febrero de 2023

Añatuya en Carnaval (parte 2)

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Ciertamente que el Carnaval es casi un ritual en las sociedades. Es el tiempo en el que se expone el acervo cultural de los pueblos.

Y si de tradiciones se trata, muchas veces, llama la atención descubrir las costumbres de la gente en una época determinada, que sin dejar de lado el color y la música, adoptaron diferentes modos de celebrar el Carnaval.

Así hemos encontrado registros fotográficos del año 1.929, cuando la alta sociedad añatuyense se congregaba en la confitería del Olimpo en las noches de Carnaval y festejaba entre serpentinas y papel picado. Bailes de gala,  donde la etiqueta era requisito para ingresar. La elegancia de las mujeres se complementaba con coloridos antifaces o sombreros que otorgaban cierto misterio, que se develaba a la hora del baile.  

 Claramente, esta ciudad guarda toda una rica historia de fiestas coloridas, brillos de lentejuelas, plumas y canutillos, repiquetear de tambores. Ciertamente que detrás de todo esto, había organizadores, creadores de estos encuentros que, sin quererlo forman parte de los necesarios “hacedores culturales” que forjan y perpetúan las culturas de los pueblos.

Luis Ortiz, un Hacedor de Tradiciones  

Desde que se tiene memoria, Luis ha movilizado a la gente de su barrio La Merced y de otros muchos, a participar, a bailar!

Él es un generador, un motor de risas y alegrías. Por eso, durante su juventud, participó en los Corsos de Corrientes con la comparsa Copacabana. También hizo experiencia en los carnavales que se organizaban en Santiago capital, luego del regreso de la Democracia.

Conversar con Luis Ortiz y proponerle un baile, lo entusiasma fácilmente  y su espíritu creativo, de inmediato arma una “coreo”, crea una escenografía y desafía lo conocido proponiendo innovadoras maneras de poner color y movimiento a la danza.

Desde el folclore hasta la batucada, Luis  fue creciendo en el espectro cultural de la ciudad, a punto tal de convertirse en una ficha clave en la organización de los festivales y Carnavales, aquí y muchas ciudades vecinas.

 

“- Todo comenzó en el año 1985. Yo estaba integrando la comisión vecinal del barrio La Merced como secretario. Esa comisión se reunía en la capilla de la Virgen de la Merced. En la comisión había una religiosa de las esclavas del señor. Y ella en todo momento me alentaba a que enseñe danzas folklóricas en la capilla. Así nació la academia Homero Manzi”.  Cuenta Luis Ortíz, con esa energía contagiosa.

“-En épocas de carnaval llegó una invitación para participar en el carnaval infantil del Barrio Rivadavia. Entonces la hermana me pide que yo prepare los niños del barrio para que puedan participar”.

 Coincidimos en que el Carnaval es una manifestación cultural que involucra las artes escénicas, la indumentaria, la danza y los pasos adecuados, la música, el ritmo de la batucada, el color, la forma, etcétera. En referencia a esto, Luis nos cuenta: “-…comenzamos con 35 niños y los trajes los hicimos con las plumas de un disfraz mío de cacique... la hermana Eva nos trajo del Obispado vestidos de novia, retazos de telas muy vistosas y las vecinas ayudaban en la confección de los trajes… ayudaron todos los padres, las monjas, entre todos hicimos la primera comparsa infantil del barrio que se llamaba Carioca. Asi comenzó la historia de lo que hoy es Sapucay de Añatuya, que cuenta con una batucada con instrumentos  propios y son parte de la comparsa”, relata orgulloso.

 

El Carnaval infantil recién daba sus primeros pasos en Añatuya. Todo era novedoso, tanto para quienes organizaban como para quienes asistían como público. Eso sí, el entusiasmo era generalizado, asi nos cuenta Luis Ortiz que “-...nadie podía creer que una monjita fuera al Carnaval, ella se llamaba Eva Aguilar y cada noche nos llevaba caramelos. Ese primer año que participamos, empatamos con la comparsa del barrio Rivadavia.”

Indudablemente, las fiestas populares son necesarias para la unión de los pueblos y todo lo que se aporte en este desafío servirá para la posteridad. Finalmente Luis, reconocido vecino de La Merced nos cuenta: “-Tengo hermosos recuerdos de aquella vez. Ensayábamos en la cancha de básquet de  la capilla. Y todas las familias apoyaban este proyecto cultural.Pero se ha progresado mucho en calidad. Cada año va mejorando. Las comparsas y las murgas hoy conforman una agrupación con delegados que tienen mucha experiencia y solo buscan que el carnaval no se pierda!”

-QUE NO SE PIERDA! En eso coincidimos muchos, porque el Carnaval es la manifestación popular más importante que aún sobrevive, y lo hace, gracias a la dedicación de hacedores culturales como Luis Ortiz y otrxs muchxs que iremos conociendo, para darles el valor que merecen!   

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