Un árbitro fue noqueado ayer por un jugador chaqueño en medio de un partido y ello generó un escándalo de grandes proporciones, en la jornada de cierre del "Mundial de Potreros" que se disputó en Pinto,  y al que asistieron 207 equipos de numerosas provincias, con $100 mil de inscripción.

El torneo atrajo a futbolistas e hinchas que totalizaron casi 10.000 personas. La fiesta comenzó el sábado a las 19 y concluyó anoche. Los escenarios fueron tres canchas y la particularidad del "Mundial de Potreros" es que el fútbol no se detuvo ni siquiera de noche.

En cuanto a la crónica policial, se sabe que ayer estallaron dos hechos graves. Siempre según los testigos, en el primer incidente habrían jugado dos conjuntos de Buenos Aires. En el proceso, uno de los equipos reclamó que el árbitro convalidó un gol inexistente.

Según los jugadores damnificados, la pelota no ingresó al arco y pasó por el costado del palo. La tierra y ausencia de red habría impedido la correcta visión del árbitro, pero el gol no fue anulado. Los "perjudicados" protestaron. Sin modificar posiciones, se habrían "atrincherado" en la cancha más de tres horas. Debieron terciar los policías. Y después de mucho negociar, los organizadores habrían resarcido a los protestantes reintegrándoles el 50% de lo pagado por inscripción, es decir $ 50.000.

El escándalo mayor surgió en el tercer partido. Los voceros revelaron que jugaron un equipo de Pinto con otro del Chaco. Los locales ganaban 1 a 0 y los santiagueños habrían cuestionado varias faltas, pero también los chaqueños. Después, el réferi habría sancionado un penal a favor de los chaqueños. Pateó el jugador y marcó el gol. Continuó el partido y dos minutos antes del final, fue sancionado un penal a favor de los santiagueños.

El jugador marcó el gol y un jugador chaqueño asestó una trompada al árbitro y lo derribó. Allí, comenzó el desmadre masivo y un "todos contra todos".

Deportivamente, otro árbitro le dio por ganado al equipo de Pinto. Policialmente, los jugadores chaqueños fueron respaldados por sus pares de Rosario y Buenos Aires. Durante casi cinco minutos, entre todos habrían enfrentado a los policías hasta utilizando las sombrillas publicitarias como si fueran espadas. La historia incluyó pedradas y una ambulancia cautiva con el árbitro dentro, sin poder abandonar el estadio Polideportivo Cebollitas de Pinto. Con algunos futbolistas demorados en la Seccional 17, en la tarde el conjunto del Chaco fue escoltado por la policía e "invitado" a abandonar Pinto.

Como los tiempos eran cruciales, anoche los mismos debieron reducirse. Primero, desde el sábado cada partido constaba de dos períodos de 20' cada uno. Sin embargo, terminó jugándose dos tiempos de 10' minutos, ya que era imposible que jugasen todos los equipos que avanzaban a la siguiente ronda.

Algunos automovilistas habrían denunciado en la Seccional 17 el robo de ruedas y celulares, de acuerdo con el balance de los procedimientos realizados entre el sábado y anoche.

De todos modos, el fuerte de la tarea policial se habría advertido entre el mediodía y la tarde de ayer. Los uniformados se habrían visto hasta superados por la irritabilidad de los futbolistas e hinchas chaqueños, porteños y rosarinos, sincronizados en reprochar lo que consideraban "bombeadas" de los árbitros.

El libro de guardia de la Comisaría habría documentado algunas denuncias, aun cuando la decisión final escapaba por completo a las autoridades policiales. Aún así, la algarabía de los visitantes era mayor que la molestia de algunas horas y al final, después de la medianoche, pudo más la despedida y desconcentración.

La fiesta atrajo a miles de personas, entre el sábado y anoche. Según las cifras, la inscripción por cada equipo costaba $ 100.000. En concepto de entradas, $ 2.000, a excepción de los jugadores, que no pagaban. Es decir, en concepto de inscripciones los organizadores habrían recaudado más de $ 20.000.000 y, a su vez, por entradas unos $ 14.000.000 porque se habrían abonado más de 7.000 entradas. Las cifras permiten dimensionar la magnitud del espectáculo que mantuvo despiertos a todos los comercios, en especial en el rubro alimenticio, bebidas y otros conceptos.

El hecho que los partidos no se detuviesen de noche también hizo continua la venta de productos y hasta la contratación de albergues y casas particulares. El desfile de autos y camionetas fue incesante, al extremo de agotar el expendio de combustible en Pinto.

La desconcentración y el regreso a casa comenzó en la madrugada de hoy y la policía vigilaba que todo transcurriese en absoluta calma, al menos hasta en la ruta y hacia los cuatro puntos cardinales, enfatizaron los voceros.