Pudo ser una tragedia terrible. Columnas de humo y lenguas de fuego provenían desde una vivienda. La familia, que se encontraba durmiendo, se pudo salvar gracias al llanto de un niño de un año.
Para mitigar las bajas temperaturas que se registraron ayer a la madrugada, obligó a Cilia Bravo a encender una estufa en una de las habitaciones de su casa. La mujer, residente en el barrio Las Malvinas de la ciudad de Añatuya –departamento General Taboada- colocó en el dormitorio la estufa y templó el lugar. 
En el inmueble residen los dueños de casa junto a sus hijos de 6 y 1 año y una mujer mayor. Cerca de las dos de la madrugada, se desató el voraz incendio en el inmueble de calle Fuerzas Armadas. 
El fuego habría sido iniciado por un cortocircuito en la estufa. Se propagó en cuestión de minutos, luego de que las llamas alcanzaran una cortina y comenzó a arrasar con los elementos inflamables del lugar. Las llamas se propagaron con rapidez, por lo que el humo y el calor comenzaron a ahogar al niño de 1 año, quien empezó a llorar. 
El llanto de la criatura fue escuchado por su madre, quien al despertarse encontró la terrible escena. En medio de su desesperación, despertó a su pareja y a su madre, por lo que llevaron a los menores hacia la casa vecina. 
Los vecinos alertaron la situación y llamaron a la Policía y a los bomberos voluntarios de Añatuya. 
Mientras tanto, tratando de rescatar sus pertenencias, los damnificados y los vecinos intentaron apagar las llamas usando baldes con arena y agua. Los efectivos acudieron al sitio y lograron controlar la situación. 
Tras sofocar el foco ígneo, los uniformados constataron que las pérdidas en la propiedad eran totales. Había riesgo de derrumbe de la infraestructura de la vivienda. Afortunadamente, los moradores del inmueble ninguno sufrió lesiones.