-Hoy, 9 de julio, al cumplirse 209 años de aquel grito de independencia, me detengo a mirar nuestra Argentina. Siento una mezcla de orgullo y preocupación al pensar en esos hombres y mujeres valientes que soñaron con una nación libre, con nuestra soberanía inquebrantable. Y al ver nuestro presente, me pregunto: ¿qué tan lejos estamos de ese ideal?

Y me pregunto, la libertad que tanto anhelamos, ¿es la misma para todos? El respeto a los derechos humanos, a la libertad de trabajo, a la libertad de expresión existen realmente o solo aparecen en los discursos y palabras a conveniencia?.

Hoy también pienso en la defensa de la soberanía, ¿es solo una consigna o un compromiso diario? Porque la soberanía no es un concepto abstracto que reside solo en los grandes despachos; es una fuerza viva que late en cada rincón de nuestra Patria, que se manifiesta con vigor en cada ciudad, en cada pueblo. Soberanía, es el derecho inalienable de decidir nuestro destino, de proteger nuestros recursos, de forjar nuestra identidad sin injerencias externas. Significa que, desde Añatuya hasta el confín más austral, somos dueños de nuestra tierra, de nuestra cultura y de nuestras aspiraciones. Y ciertamente, la soberanía local es la base de la nacional. Por ello, debemos defenderla con el grito ardiente y esperanzador de quienes habitamos y amamos este bendito suelo argentino.

-Vivamos este 9 de julio no solo como un feriado más; sino como una invitación a la reflexión. A recordar que la Patria la hacemos entre todos, cada día, con cada acción. Que nuestra independencia se defiende no solo con discursos, sino con el compromiso de construir una sociedad justa, donde cada voz sea escuchada y cada derecho sea respetado. Que el espíritu de aquellos patriotas nos impulse a seguir luchando por la Argentina que soñamos y merecemos! Viva la Patria!