Con profunda emoción y sentida gratitud, quienes sostenemos vivo el legado de Monseñor Jorge Gottau desde el Centro Cultural que lleva su nombre. Este edificio, su última gran obra para la Diócesis de Añatuya, inaugurado el 18 de diciembre de 1992, apenas tres días antes de su renuncia por edad a la Diócesis, se erige hoy como un faro de esperanza y un espacio abierto a toda manifestación que impulse la promoción humana, tal como lo soñó nuestro amado Siervo de Dios.

Recordamos su espíritu incansable, su profunda fe y su compromiso inquebrantable con los más necesitados de nuestra tierra. Monseñor Gottau llegó a esta zona con solo 43 años y fue, no solo fue un guía espiritual, sino un verdadero constructor de comunidad, un pastor cercano que supo sembrar semillas de justicia, solidaridad y amor en cada rincón de la Diócesis. Su visión trascendió los muros de la iglesia, alcanzando la educación, el deporte, la recreación, la cultura y el desarrollo integral de las personas. Fue quien pensó y creó la Colecta Nacional Más por Menos.

Como seres agradecidos, debemos mantener viva su memoria no solo recordando el pasado, sino actuando en el presente, proyectando hacia el futuro los valores que nos legó. Esta es nuestra Memoria Agradecida, un compromiso diario por continuar su obra, por ser instrumentos de cambio y esperanza en nuestra comunidad, hoy junto a nuestro Obispo José Luis Corral.

Desde este lugar, elevamos nuestras plegarias con fervor y esperanza por la pronta canonización de Monseñor Jorge Gottau. Su vida ejemplar, su entrega total y los frutos de su labor pastoral son un faro de luz para nuestro tiempo.

Roguemos y trabajemos para que su misión y testimonio sean conocidos e inspiren a generaciones presentes y futuras, para que sepan construir un mundo más justo, fraterno y humano, tal como él lo anheló para su querida Diócesis de Añatuya. Su memoria vive en cada corazón que tocó y en cada puerta que este Centro Cultural abre a la promoción humana.